Dioniso o Baco. Viajamos en el tiempo para revivir la historia del Dios del Vino. Nos remontamos muchos años atrás, cuando no existía WhatsApp ni redes sociales. Cuando la imaginación se traducía en mitología y surgían historias como éstas…
Aldonza Gourmet os revela en este post las curiosidades que giran en torno a este pintoresco ser mitológico, conocido como Dioniso en la mitología griega y como Baco en la romana. Su pasión por el vino lo convirtieron en el máximo propagador de la cultura de esta bebida.
La historia mitológica de este dios es tan peculiar como divertida. El padre de Dioniso es Zeus, el rey de los dioses. Éste se enamoró locamente de Sémele, hija del rey de Tebas. Tan grande era su atracción por esta mujer, que se transformó en humano para conquistarla. Cuando se conocieron, el deseo fue mutuo y Sémele quedó embarazada.
Sí. Fruto de ese encuentro nació Baco o Dioniso aunque no de la manera clásica que estás imaginando. Zeus era un dios casado y, cuando la noticia llegó a odios de su mujer Hera, ésta estalló de celos y se convirtió en una anciana para contarle a Sémele que Zeus, en realidad, era un dios.
Sémele, ante la duda, pidió a Zeus que se mostrará ante ella en su forma verdadera. Es aquí cuando se arma la tragedia. Un mortal no puede mirar a un dios sin morir y, aunque Zeus rogó a Semele que no le pidiera eso, ella insistió. Semele murió abrasada, pero mientras ardía, Zeus rescató a su futuro hijo del vientre de la madre y lo plantó en su pierna. Meses después nacería Baco o Dioniso, el que sería el dios del vino, de la viña, de la inspiración y de la locura.
Éste fue el origen de Baco o Dioniso, que creció entre nifas en una gruta con las paredes cubiertas de vides y uvas. Un día, cuando Dioniso ya era un joven apuesto, exprimió unos granos de uva y bebió el jugo. En ese momento, descubrió el vino. Fue tan agradable la sensación que experimentó que decidió celebrar una fiesta con dioses, ninfas, sátiros y centauros. Bebieron, comieron, danzaron y rieron hasta que el sueño se apoderó de ellos. Y esa fue la primera de las muchas celebraciones en su honor.
Tiempo después, no queriendo privar a los mortales de tan satisfactoria experiencia, Baco o Dioniso recorrió el mundo entero para enseñar como cultivar la vid y elaborar el maravilloso caldo. Constantemente se hacían celebraciones en su honor. Por eso, también es el dios de la diversión.
La mitología siempre nos deja historias tan fantásticas como ésta. En la época clásica, el vino estaba presente en todas las reuniones y encuentros. Era una de las bebidas más preciadas y, en la historia de Dioniso y Baco, plasmaron el momento mágico que vivió este Dios cuando saboreó por primera vez este jugo. Una copa de vino, sin duda, abre las puertas a la alegría, a la relajación del cuerpo, al optimismo, a la risa en compañía y a las buenas sensaciones…