El vino en el arte ha sido un tema muy recurrente a lo largo de la historia. Muchos lo consideran la bebida universal por excelencia, y por ello, se ha convertido en símbolo cultural y artístico. Vamos a sumergirnos en el recorrido que ha tenido el vino en el arte y comentar algunas obras artísticas cuyo protagonista es el vino, para conmemorar el Día mundial del arte de la mano de este producto tan especial.
Esta maravillosa obra se puede visitar en el Museo del Prado (Madrid). En esta obra, Velázquez contrapone a Baco, dios mitológico romano del vino, y sus dos acompañantes, representando la mitología, lo divino, y por otro lado a varios hombres de expresión “achispada” que parecen contentos, representando lo cotidiano, lo mundano y realista.
Muchas han sido las interpretaciones de este cuadro. En la gran mayoría, se considera como una alegoría del vino, bebida que puede tener la capacidad de alegrar a los hombres y llevarlos a estados no racionales, que rocen la fantasía y lo divino.
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Este cuadro está ubicado en el museo Pushkin, Moscú (Rusia). Como apunte curioso, diremos que fue el único cuadro que el pintor vendió en vida. Esta obra representa una escena cotidiana de vendimia al atardecer en la región de La Provenza (sur de Francia). Esta zona es una región muy privilegiada, ya que gracias a las condiciones climatológicas, es el área vitivinícola más importante de Francia. Los colores amarillos y rojizos de los viñedos nos evocan la época característica de esta actividad, el otoño.
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Esta obra se puede contemplar en el Museo Vivanco de la Cultura del Vino (Briones, La Rioja). Pablo Picasso ha mostrado a lo largo de su trayectoria artística su visión sobre el vino y las botellas. A través de su perspectiva cubista nos ofrece una representación original y novedosa de esta bebida.
En la composición se puede observar una botella que podría ser de vino francés, acompañado de una guitarra y partituras musicales. Estos símbolos podrían entenderse como una interpretación del vino como fuente de inspiración para el desarrollo creativo.
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Los vinos de Gala es un extravagante libro en el que Dalí describe en una primera parte, las diez regiones vinícolas según su criterio y por otro lado, clasifica el vino según su experiencia emocional, en categorías tan sugerentes como: “vinos voluptuosos”, “vinos de lo imposible” o “vinos de luz”.
El libro contiene más de 140 ilustraciones del artista, y explora los mitos de la uva a través de sensuales y excéntricos textos. Dalí afirmaba que “un verdadero entendido no bebe vino, sino que saborea sus secretos”.
Según la interpretación del excéntrico pintor, podemos entender la experiencia de degustar un vino como un viaje de introspección y descubrimiento personal, lleno de matices, aromas y sabores.
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Día mundial del arte: vino, la gran inspiración
